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Estoy despierto.

Después de esa rotunda oscuridad Jungkook se sentía como perdido, como esas veces en donde estamos hasta el tope de tarea y no sabemos por dónde comenzar, el sentimiento de frustración era casi igual que el de desolación, estaba triste y atrapado en un vacío profundo en donde no había nadie más que él, ni siquiera su lobo estaba haciéndole compañía, porque no lo sentía, su lobo parecía no querer saber nada del mundo, parecía estar dormido en algún lugar de su alma, se sentía débil y enfermo. Sabía que su pulso aún corría pero simplemente no podía abrir los ojos, estaba atrapado en esa sensación tan amarga y pesada.

Todo cruzaba por su mente, millones de ideas que lo llevaban una y otra vez a lo mismo, ¿había vuelto al coma? Pero, ¿por qué? No tomó supresores, pero supone que si fuera así, si volvió al coma fue por estar tan lejos de su omega... Su omega, su pequeño amor debe estar sufriendo, tal vez le duele algo, tal vez está mal por no sentirlo, tal vez el lazo está haciéndole mal, nunca investigó lo que sucedería con Jimin si él volvía al coma porque se negaba a verlo como una probabilidad cercana. Si algo malo le pasa al amor de su vida, Jungkook no va a perdonárselo nunca; se siente inútil por no saber qué pasa.

Espera que su condición cambie pronto, se siente como si acabara de cerrar los ojos así que no pueden haber pasado más que minutos desde el momento en que comenzó a sentirse mal. Espera realmente que sea así para que Jimin no sufra, para que sus padres no vuelvan a lo mismo de hace unos meses, para no angustiar a su familia de nuevo.

Todo parece aclararse un momento, cuando siente la luz calando en sus párpados cerrados, cuando siente que su cuerpo por fin cede ante las órdenes que le da de despertar, todo está coordinándose para que Jungkook logre despertarse, lo hizo, por fin despertó cuando sintió una caricia en su rostro, sus ojos verdes se abrieron de par en par con demasiada felicidad al sentir la suave mano de su omega acariciar su mejilla, sabía que era él porque tuvo esa calidez familiar en su pecho a pesar de que el omega tenía los dedos fríos, tan helados que parecerían un témpano de hielo. Jungkook abrió sus preciosos ojos pero por algún motivo nada se sentía igual, había un vacío, algo que parecía hacer la diferencia en su vida de antes a su vida en ese instante; aún se sentía atrapado, como si permaneciera enclaustrado en la oscuridad, pero ignoró eso porque la imagen que tenía enfrente valía mucho más la pena.

Jimin lo miraba, su hermoso ángel estaba tan lindo como siempre; sus pestañas alargándose en una curva, sus mejillas afiladas en la zona de los pómulos y una suave sonrisa alegre, su pulcro uniforme blanco y la habitación hacía resaltar aún más su piel. Reconocía ese sitio, era la unidad de cuidados intensivos del hospital donde su omega trabaja y en la que él mismo estuvo con anterioridad, todo estaba bien y aunque no encuentra respuesta certera para lo que le sucedió, ahora sabe que está bien, con su omega, con vida, ¿no?

—¡Oh por Dios! ¡Qué bueno que despiertas, ricitos! —su voz era emocionada mientras presionaba insistentemente el botón que estaba a un lado de su camilla—. Te revisaremos en un momento, no te esfuerces demasiado —hasta ese momento Jungkook notó lo mal que se encontraba su cuerpo, le dolía una muñeca y su pecho se comprimía dificultando su respiración, su cabeza punzaba y todo daba vueltas menos Jimin y su precioso rostro amable. Así era su vida desde que lo conoció, todo se distorsionaba, todo pasaba a segundo plano para que sus ojos pudieran enfocarse única y exclusivamente en Jimin—, tenías a tus padres muy preocupados, Jungkook —el omega sujetó su brazo y comenzó a mover los ojos por cada uno de los ruidosos aparatos que lo rodeaban—. Tendremos que hacerte muchos estudios pero...

—¿Q-Qué...? —iba a cuestionar pero su voz era dolorosamente ronca.

—No te fuerces, los médicos están por venir y te explicarán todo —dijo para tranquilizarlo aunque no fuese necesario, su presencia era más que suficiente para apaciguar—, tuviste un accidente de auto y... —los ojos de Jungkook se abrieron con sorpresa, no podía ser cierto, no de nuevo, no podía ser tan estúpido para caer en la misma trampa de nuevo, no podía tener tanta suerte para sobrevivir a lo mismo por segunda ocasión, su mente daba giros de 360 grados completos, no recuerda conducir ningún auto, estaban en París. Todo era tan extraño y al segundo siguiente vio algo que volvió todo aún más aterrador.

Los médicos entraron a la habitación y atrajeron la atención de Jimin, el omega giró su cabeza un poco dejando a la vista su delicado cuello, tan precioso y pulcro, libre de marca alguna, Jimin no tenía una marca. ¡¿Qué mierda sucedía?! Hasta ahora nota la ausencia de mimos de su omega, estuvo tan feliz de verlo que hasta ahora nota que los ojos que normalmente eran de un azul cálido y amoroso no tenían más que amabilidad en ellos; no tenían cariño más allá del que le refleja a todos sus pacientes.

Jimin no se abalanzó a él como suele hacerlo, Jimin no lo besó pero... lo llamó "ricitos". Ahora recuerda que era un apodo común, recuerda a su lobo emocionado al respecto, recuerda la primera vez que el omega le pidió permiso para nombrarlo de aquella forma aunque estaba inconsciente para concederlo.

Las respuestas a los chequeos parecen automáticas, responde a las preguntas de manera escueta y obedece las órdenes de los médicos mientras Jimin sonríe amable hacia él cada vez que pasa a su lado para anotar cosas en su tabla de papeles, o cuando le informa sus signos vitales a los médicos, Taehyung está ahí, Hoseok está ahí al igual que Yoongi pero ninguno muestra ese cariño amistoso que mostraban antes, Jungkook está aterrado cada vez que ve a Jimin sin una marca porque si no está ahí, entonces... ¿dónde está? Su alfa lo marcó, están unidos pero la señal de eso no se encuentra donde debería y está tan asustado por ello.

—Hola, Jungkook —el neurólogo fue el primero en hablar para algo que no fuera un análisis—, mi nombre es Kim Taehyung y soy el neurólogo de este hospital, he tratado tu caso desde el primer día que entraste por la sala de urgencias —el alfa puro no entendía los motivos de su presentación, en realidad su mente no procesaba nada, estaba en blanco de lo que estaba sucediendo en esa habitación, todo parece sacado de la peor de sus pesadillas—. Al parecer nuestras sospechas eran ciertas —Taehyung habló con entusiasmo parado a su lado y hojeando algunos papeles que otra enfermera le entregó—, tu coma se prolongó por el estado de tu alfa, los supresores lo adormecieron demasiado pero eso te lo explicará más a detalle el endocrinólogo —la respiración de Jeon estaba fallando, sus ojos se llenaron de lágrimas al no entender la bizarra situación que enfrentaba, su cabeza no se detenía y trataba de convencerse de que todo estaba bien, de que seguramente vio mal y la marca de apareamiento está oculta por la camisa de Jimin, que sus amigos solo están siendo profesionales y que nada de lo que cree puede ser verdad.

Él ya había pasado por esto, bueno, no de esta forma, por eso quiere lo de antes, quiere despertar para salvar a su omega, quiere saber que ser alfa sirve de algo bueno, quiere su contacto, su ayuda y su cariño, quiere su historia con Jimin, no comprende porqué ahora todo y todos parecen tan lejanos, porqué nada está yendo como debería y su lobo no ruge como sabe que lo haría en una situación como esa, su alfa no araña su pecho por sentir la cercanía de Jimin. No puede estar repitiendo todo detalle a detalle, él ya no toma supresores, no pudo chocar de nuevo, está seguro de que no fue así, ¡¿qué demonios sucede?!

—Un auto golpeó el tuyo y te volcaste —explicó el médico beta, supone que su cara de confusión lo conmovió—, tuviste fracturas en el brazo izquierdo, tuviste una acumulación de aire y sangre en la caja torácica y una fuerte contusión que te puso en coma, tu fractura sanó hace algunos días y has estado recibiendo terapia física para que recuperes tu movilidad.

—Por fortuna tus signos vitales fueron estables durante este tiempo y ahora solo buscaremos algún indicio de daño por el coma pero todo parece bien por el momento —Taehyung habló de nuevo y Jungkook pudo notar su vientre completamente plano, pero está embarazado, su estómago debería estar tan o más hinchado que la última vez que lo vio, quiere decirlo, pedirles que le expliquen todo pero su garganta está cerrada y no permite el escape de palabra alguna.

—Es difícil decir esto y supongo que será aún peor escucharlo pero... Estuviste en coma por cuatro meses, Jungkook —Hoseok habló por primera vez y tomó la tabla que Taehyung le tendió—, tus pulmones se han estado recuperando y tu oxigenación está en niveles normales pero tendrás el oxígeno por algunos días hasta que veamos que todo va genuinamente bien, ¿de acuerdo?

—No —dijo el ojiverde cuando se cansó de no recibir el trato habitual y cuando su omega no lo miraba en lo absoluto por estar revisando las máquinas y haciendo apuntes, trataba de enfocarse en otra cosa como los diagnósticos que los médicos le daban pero no lo lograba, todo era tan extraño y repetitivo—. ¿Q-Qué demonios ocurre? —su voz seguía ronca y baja, la mascarilla de oxígeno le impedía hablar con normalidad además de que no se sentía suficientemente bien para hacerlo. Está aterrado, su cuerpo duele y todo da vueltas como si se tratase de una centrifugadora, ¿todo había sido un sueño? ¿Esto que está viviendo es una pesadilla? No comprende nada y no se siente bien, el pánico lo está abrazando pero su omega no se acerca a consolarlo.

—Es normal que estés confundido después de tanto tiempo pero en un rato tu familiares te explicarán todo a detalle —Yoongi le sonrió tranquilizador—, ahora es importante que estés calmado.

—Jim, dime qué o-ocurre —todos lo miraron, dejaron lo que estaban haciendo para observarlo con sorpresa al escuchar el nombre del enfermero salir de sus labios, como si no esperaran en lo absoluto que lo conociera—, mi amor di-dime que ocurre porque estoy tan a-aterrado —el nombrado despegó su vista del baumanómetro y miró los ojos verdes de Jeon.

—¿Qué? —al parecer fue lo único que pudo decir y Jungkook no lo agradece porque él mismo no podía hablar con fluidez sin que sintiera que el aire se le iba, necesitaba a Jimin más que nunca pero el castaño parecía no reconocerlo entre todas esas personas, le era indiferente; solo mostraba sorpresa como todos ahí pero Jungkook no sentía ese apego proveniente de él, Jimin no lo veía con amor ni el más remoto cariño y eso estaba matándolo, era la broma más cruel que el destino le había jugado.

—Angelito, por favor no me hagas esto —cerró los ojos con pesadez—, te n-necesito, por favor —Jimin se mostraba comprensivo, como con lástima, Jungkook nunca pensó ver eso en los ojos de su omega que desde el primer instante eran tan especiales al mirarlo, brillantes... Pero eso tal vez fue solo una imaginación suya, un trabajo de su subconsciente que se alió con el destino para hacerlo probar la mejor de las fantasías y luego tirarlo a un pozo de oscuridad y lamentos como castigo de no sabe qué cosa.

—Hay que buscar a sus padres —los ojos azules no le miraban más porque estaban demasiado ocupados viendo a Hoseok, como cuestionando algo con la mirada-, tal vez su madre pueda calmarlo y...

—No, tú me calmas, eres mi omega, siempre lo haces, ¿por qué ahora no? —su malestar físico parecía haberse ido para permitirle reclamar su actitud desconocida, las palabras salían y el aire recorría sus pulmones con tranquilidad permitiéndole respirar aunque fuera un poco mejor el delicioso aroma a vainilla y café que ahora no sabe si le pertenece—. Bebé, dime qué está pasando y porqué todos se comportan tan extraño.

—Tendremos que hacerle una tomografía urgente —Taehyung habló rompiendo el silencio que se había formado entre el personal de salud, el omega tenía las mejillas rojas mientras lo miraba con confusión.

—Jungkook, yo no soy tu omega, tú y yo nunca nos habíamos visto —dijo con voz calma y el alfa puro sintió que su corazón se desgarraba en mil pedazos.

—Claro que sí lo hicimos, en la fiesta de navidad de la empresa —sus ojos se llenaron de lágrimas y su pecho subía y bajaba con rapidez—, y cuando ese alfa te atacó y todas esas veces que me cuidaste en este mismo hospital, nos hemos visto todos los días después de eso, nos vimos durante nuestro cortejo y cuando te marqué, claro que eres mi omega.

—Jungkook...

—¡No me llames Jungkook! —alzó la voz, nunca le gritaría a Jimin pero todo eso estaba volviéndolo loco—. ¡Tú nunca me llamas así! Eso me molesta y a ti te molesta que te llame Jimin, ¡no puedes hacerlo! —todo su mundo se estaba desmoronando, dónde estaba, qué sucedía, que le había sucedido con su historia, todo había sido un sueño, el mejor sueño de su vida o la pesadilla más espantosa, porque todo se sentía tan real y ahora eso mismo se sentía tan lejano, Jimin siendo suyo y él siendo de Jimin, enlazados con un hogar y una historia hermosa, nada de eso podía ser una mentira porque recuerda cada momento, cada segundo al lado de Jimin, como su omega, pero ahora no está, eso se ha ido porque todo fue una alucinación tan vivida, nada es real, y es una tortura.

—A veces te llamo "ricitos", pero no creí que lo recordaras —una media sonrisa se dibujó en los labios del castaño, el rizado lo consideraría hermoso si no estuviera tan atemorizado-, pero no nos hemos visto, yo no soy tu omega, Jungkook.

—¡Deja de decir eso! —lloró con fuerza como no lo había hecho antes, porque su corazón estaba roto, genuinamente. Su lobo no aullaba adolorido pero su pecho dolía, el aire se le fue de la caja torácica y todo estaba oscureciendo, ahora sabe que es posible morir de un corazón roto, sabe que eso es lo que le sucede, morirá porque ya no queda nada de la hermosa historia de amor que tuvo con su chico, más bien, nunca hubo tal historia, sus ojos se cierran de a poco y espera que sea para siempre porque está aterrado de no poder recrear esa alucinación, aterrado de que Jimin, este Jimin que ahora lo desconoce, lo rechace y tenga que vivir una vida sin el amor de su vida a su lado.

...

Un rayo de sol está pegando directamente en su ojo, obligándolo a parpadear para acostumbrarse a la luz del día, la calidez de su antigua habitación en casa de sus padres lo arropa, pero de nuevo la confusión se hace presente, ¿por qué está ahí?

Había sido todo un sueño y él de verdad estaba con Jimin, ¿verdad? Ese extraño momento donde su omega negó ser suyo había sido el verdadero sueño, la verdadera pesadilla, ¿no es así?

Tanteó su rostro para asegurarse de que no está conectado a esas mascarillas de oxígeno, miró sus brazos que estaban libres de vías intravenosas y cicatrices, miró el calendario del reloj; 6 de julio. Se levantó con apuro y abrió la puerta causando un gran estruendo cuando esa se azotó contra la pared. Caminó apresurado por el pasillo hasta las escaleras que bajó con demasiada velocidad, necesitaba encontrar a su omega para estrecharlo con fuerza y olvidar esa horrible sensación de vacío, en la cocina puede ver a su madre alfa asomando la cabeza.

—¿Qué sucede, cachorro? ¿Por qué tanto alboroto? —la alfa pelinegra frunció el ceño hacia él y lo abrazó sutilmente como saludo—. ¿Descansaste? —ladeó el rostro hacia su confundido hijo que no termina de comprender este nuevo ambiente—. Sé que no es igual a tu apartamento pero me alegra tenerte por aquí de vez en cuando —sonrió.

—¿Y Jim? —es lo único en lo que puede pensar.

—¿Quién es Jim? —la mujer agitó la cabeza al no entender la pregunta del rizado.

—Mamá, no bromeen con eso, ¿dónde está Jimin? —su ceño se frunció un poco y miró a su madre con seriedad, ese sueño no le permitía tener un buen sentido del humor por el momento.

—Cariño, quisiera comprenderte pero no lo hago —se encogió de hombros—. No me has hablado de ningún Jimin, no acostumbras traer personas a casa.

—Jim no es una persona, es mi omega y no me gusta esta broma que me están haciendo —comenzó a caminar de regreso a las escaleras, movía la cabeza buscando por todas partes, abría las puertas y las cerraba con fuerza—. Ángel, si esto es una venganza por esa horrible broma que te hice en año nuevo... Lo lamento, olvidé que estuve en coma, perdón por asustarte, pero... —su voz se cortó en la última frase-, por favor aparece, no es el mejor momento para esto.

—¿De qué hablas, Jungkook? —su madre habló con mucha sorpresa a su espalda, el alfa ojiverde recargó su frente contra la pared más cercana y comenzó a sollozar—. Nunca has estado en coma, y la Luna nos proteja de eso, amor —se acercó a él para acariciar su espalda—, seguro fue solo un sueño —de nuevo había sido un sueño, no entiende qué clase de burla es esta—. ¿Te drogaste en esa fiesta de anoche?

—¡Jimin no es un sueño! —exclamó con molestia desbordante—. Jimin es el chico más hermoso que hay en este mundo, es mi omega y es hijo de Park Hyunbin el contador de papá —las lágrimas bajaban por su rostro a chorros, volvió escaleras abajo, buscó las llaves de su auto, salió prisa de la casa y vio el auto, el jodido auto BMW X5 negro en el que se había volcado y había terminado en coma, ¿o no lo hizo? Ya no sabe que mierda pensar al respecto.

Jungkook, alto —su madre se interpuso delante de él, gruñendo con voz de alfa que Jungkook ignoró para tratar de esquivarla—. ¿A dónde vas? No puedes salir así, no sé qué te sucede, cachorro.

—Voy con papá, tengo que ver a Hyunbin, preguntarle por Jim y... —logró zafarse de su madre y se subió al auto—, tengo que estar con él —arrancó sin mayor problema, tenía un vacío enorme creciendo en su pecho, su lobo simplemente no aparecía para indicarle que estaba cerca de Jimin, que todo estaba bien. Era como antes cuando lo adormecía, pero ahora no había una lucha de por medio, estaba asustado por ello, la carretera era tan larga que parecía infinita y extrañamente familiar, manejaba a prisa, muy preocupado por llegar a su destino pero de pronto tuvo ese flashback, el instante se estaba repitiendo, cuando vio un auto dirigirse en sentido contrario justo hacia él.

Jungkook movió el volante, tratando de esquivar al otro automóvil pero al no hacerlo lo suficientemente rápido, obtuvo un impacto en la parte trasera, eso hizo que perdiera el control y se volcara, dio varias vueltas hasta que un árbol logró detener el vehículo donde se encontraba. El parabrisas estaba estrellado, las bolsas de aire salieron disparadas pero al parecer no sirvieron de nada, había sangre esparcida por doquier, de nuevo todo dolía y Jungkook ya había vivido esa escena, la recuerda, sabe que ese momento había sido el de su accidente, claramente fue bajo otras circunstancias; él venía de una fiesta, pero ahora estaba recreándolo por sabrá la Luna qué motivo, sólo sabe que no le gusta, sobretodo porque sus ojos están pesados otra vez, comenzando a cerrarse, el aire se le está yendo y de nuevo está cayendo en la oscuridad, en esa cárcel dolorosa en donde no tiene a su omega, Jungkook no llegó a su destino.

...

—Cachorro despierta, es hora de irnos —Jungkook despertó porque alguien estaba agitando su hombro insistentemente-, anda se nos hará tarde para la cena de navidad.

—¿Qué? —abrió los ojos como platos y pudo ver el rostro de su madre, tan pacífica como siempre pero era... ¿unos años más joven?

—Que ya dormiste demasiado, es hora de irnos, tu padre nos está esperando en el lugar de la cena —la alfa lo tomó de la mano y lo ayudó a levantarse, pudo ver su propio brazo envuelto en un traje azul marino y su mano... su mano era un poco más pequeña que la de su madre—. ¿Te contamos que este año será en un jardín? —la dama comentó desinteresada al no saber que su hijo estaba tan desconcertado—. Aprovechamos que este año no nevó absolutamente nada y no hace tanto frío, será muy divertido estar al aire libre en navidad, ¿no, cachorro?

—¿Qué? —cuestionó de nuevo porque no comprendía absolutamente nada—. No entiendo una mierda —soltó de pronto y se ganó una severa de su progenitora, el ceño fruncido y los ojos oscuros, recordándole por supuesto, que se trata de una alfa a la que debe respetar porque además de eso es su madre.

—¡Te dijimos que no puedes decir groserías hasta los 18 años, Jeon! —comenzó a peinar los cabellos desordenados de su hijo—. No sé qué te pasa, pero estás muy extraño, no voy a acusarte con tu padre pero más vale que dejes tu actitud y te pongas de pie porque la noche será muy larga y se nos está haciendo tarde —Jungkook lo comprendió, todo se trataba de un sueño; todo apunta a que su subconsciente está recreando escenas al alzar, como ahora, está viviendo otra vez el día de navidad de hace once años atrás, la cena de navidad que más le ha gustado en toda su vida... Cuando conoció a Jimin, le duele saber lo que ocurre pero si está en coma no hay nada que pueda hacer, su lobo no reacciona, así que solo disfrutaría de ver el momento de nuevo—. Sé que no quieres ir pero no seas amargado, cachorro. Hasta pareces un alfa puro —el pequeño niño rodó los ojos, como hacía cada vez que le recordaban lo que sería en un tiempo, un alfa puro.

—Bien, ya voy —se puso de pie y se colocó los zapatos a toda prisa, está asustado por lo que ocurre fuera de su mente, porque sabe que su estado no es adecuado y porque sabe que si él no está bien, Jimin tampoco lo está, le aterra pensar en su omega sufriendo. Desconoce los motivos para estar soñando todo esto, pero va a dejar que fluya, al menos este recuerdo es bueno, verá a su pequeño niño como la primera vez así que atesorará cada instante de eso, dejando a un lado sus vívidos recuerdos de la vida adulta, su subconsciente los reprimió, devolviéndolo a la infancia.

—Por un segundo creí que pondrías más resistencia —la mujer rió—, pero sea cual sea el milagro que te hizo levantarte, lo agradezco —Jungkook volvió a rodar los ojos con diversión por el comentario de su madre, la verdad es que le gustan las fiestas navideñas de la empresa de su padre, pero levantarse de la cama si es algo que le cuesta demasiado. El camino al lugar de la fiesta fue relativamente rápido, su madre le arreglaba el cabello cual cachorro mientras Jungkook renegaba a todo gesto mimoso aunque cuando su madre se separaba él buscaba su mano para ponerla de nuevo en su cabeza, le gustan los mimos de su madre.

Al llegar, bajó apresurado del auto para buscar a su padre con la mirada, estaba parado en una esquina del jardín, conversando con un grupo de empleados muy animadamente, el menor sonrió hacia él y Hyungwon agitó su mano como saludo. Al ser el jefe de la compañía, él había llegado temprano para recibir a todos mientras Jungkook tomaba una siesta simplemente porque podía, después de todo, Jiyoung podría llevarlo al lugar sin problemas una vez que todo estuviera preparado.

Al escanear el lugar con la vista pudo distinguir a una mujer, una muy linda y que le resultaba familiar, mecía una carriola de adelante hacia atrás mientras permanecía sentada en la silla, en el cochecito infantil había una niña, pequeña y de cabellos rubios que abría y cerraba su manita hacia las decoraciones del enorme árbol navideño que adornaba el lugar. Su cerebro sabía de quien se trataba pero el sueño, el momento, no le permitía recordar todo con claridad o más bien quería que todo fluyera tal como pasó once años atrás.

—Vamos a sentarnos, amor —su madre acarició su espalda con cariño y señaló una de las mesas del lado opuesto del jardín, era el lado contrario de donde se encontraba la omega con la carriola.

—Claro, mamá —caminó siguiendo a la alfa y se sentó a mirar cómo ocurría todo, había un grupo de niños pequeños, de no más de 5 años, correteando por un área de juegos que instalaron para ellos. Jungkook no podía jugar con ellos porque son muy pequeños. Después vio a un grupo de chicos de unos 16 años, conversando entre ellos y riéndose por sabrá Dios qué cosas, eso siempre le molestó de las reuniones, nunca puede unirse a los grupos porque no entra en el rango de edad y se sentiría extraño entre ellos, pero luego de un rato sencillamente deja de importarle porque todo ha mejorado; su padre se sentó a su lado, rodeándolo en un abrazo cálido y besando su mejilla con cariño, comenzó a charlar con él y su madre.

Convivir con su familia siempre es su parte favorita de la navidad, es por esos momentos que le gusta las cenas navideñas de la compañía, puede ver a sus padres, convivir con ellos como no lo hace frecuentemente por el trabajo, además le enorgullece verlos rodeados de gente que los respeta y aprecia. Jungkook odia su casta pero siempre ha pensado que si no fuera así, si no quisiera ser un beta, tal vez le gustaría ser un alfa parecido a sus padres, respetuoso y amoroso, sin miedo de demostrar el amor por su familia.

—Pedimos por favor que despejen el área del pino porque los pequeños de la fiesta van a tomarse una fotografía con Santa —Jungkook se puso de pie de inmediato, no pueden culparlo en lo absoluto por querer una fotografía con el hombre que supuestamente trae sus regalos cada año, tiene trece años pero aún le gusta la idea.

Iba a tomar su lugar del lado izquierdo de aquel hombre cuando vio a un pequeño niño castaño del lado opuesto, su corazón se aceleró de inmediato, podía vagamente recordar que se trataba del amor de su vida pero de nuevo, eso es un sueño, ¿no? Así que siguió dejando que su subconsciente ocultara los recuerdos y lo llevara de vuelta a aquel precioso momento.

Se alegró instantáneamente al verlo, pues se veía demasiado tierno, al ser tan pequeño contrastaba visiblemente con la altura de Santa Claus, pero Jungkook retomó su camino y sonrió hacia la cámara como el fotógrafo lo indicaba, varios segundos pasaron, el encargado de capturar el momento lanzó varios flashazos y todo el grupo se estaba dispersando entre risas y gritos de alegría, señal de que volverían a jugar o a hacer lo que sea que estaban haciendo antes de la fotografía, pero a unos metros de distancia pudo distinguir al niño de hace un momento, el precioso pequeño estaba tirado en el suelo tratando de levantarse de un charco de lodo.

Se acercó apresurado para ayudarlo, lo tomó por debajo de las axilas y lo levantó de un solo intento, el menor se sobaba la rodilla y entre pucheros tristes y labios temblorosos se puso a llorar, el cachorro de alfa puro tomó su manita con total cuidado y lo estiró con suavidad hacia una de las mesas para ayudarlo a limpiarse, el pobre niño era un desastre, cubierto de lodo por doquier, el ojiverde se sintió muy triste por él.

—¡Mi mami va a castigarme! —repetía el niño entre el llanto—. Va a castigarme por mil añitos y no voy a salir de casa nunca —las lágrimas caían y trazaban un pequeño camino entre sus mejillas llenas de tierra, dando una imagen muy tierna y triste a la vez.

—Tranquilo, pequeño —el mayor lo ayudó a subir a una silla, tomó una servilleta y comenzó a limpiarle el rostro con cuidado—. Le explicaremos que fue un accidente, porque lo fue, ¿no?, ¿nadie te empujó? —su ceño se frunció un poco ante la idea de que alguien derribara a propósito al chiquillo bonito.

—No, me caí solito —negó viendo al mayor algo embelesado, Jeon asintió para animarlo a seguir—, pero es que me va a regañar muy feo, no le gusta que manche mi ropa —volvió a llorar al recordar el gran castigo que recibiría de parte de su progenitora.

—No va a decirte nada —terminó de limpiar su mejilla; que aunque aún estaba sucia ya no lucía tan desastrosa. Puso la servilleta manchada en la mesa para tomar otro montón más y comenzar a limpiar los pantalones del niño, los tallaba fuerte hasta que el menor soltó un siseo de dolor y pudo ver un gran raspón en su rodilla, incluso sus pantalones se habían roto por el golpe.

—¡Auch! —se quejó lloriqueando más fuerte.

—Lo lamento no lo vi, lo siento —se disculpó avergonzado—, lo diré mil veces más si es necesario, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo sient... —una risilla lo interrumpió.

—¡Basta! —el castañito se tiraba hacia atrás y tomaba su pancita entre sus brazos por las carcajadas—. No pasa nada, solo me dolió poquito —dice dejando de reír y juntando su dedo índice y pulgar para hacer una seña que enfatizara la última palabra, Jungkook no pudo sentir más ternura.

—Bueno, voy a limpiar tu herida —tomó una servilleta nueva y comenzó a presionar varias veces la lesión que sangraba solo un poco, sus cejas estaban levemente fruncidas por la concentración—. Creo que estarás bien —el niño lo miraba con los ojitos achicados por una sonrisa—. ¿Te divierte verme? —cuestionó con falsa molestia y el niño asiente.

—Tu cara se tuerce extraño —trataba de imitar su ceño fruncido y ahora el que rió fue el mayor. Ahí sería cuando su primer encuentro se vería interrumpido, cuando se llevan al pequeñito sin permitirle saber su nombre, pero eso no sucedió; su subconsciente estaba dándole la oportunidad de saber lo que habría pasado si tuviera más tiempo con él, no va a desperdiciarlo. Le aterra pensar lo que está pasando con Jimin en su vida real, lo mucho que debe estar sufriendo, ¿por qué hay una vida real con Jimin incluido, no?

Le aterra despertar y darse cuenta de que alguna de sus pesadillas es real y Park Jimin no es su omega, le aterra la idea de no despertar nunca más y tener que conformarse con esos recuerdos que su mente le permite tener, está asustado, demasiado pero va a disfrutar cada minuto extra de su primer encuentro con el amor de su vida.

—Mi cara no se tuerce extraño —negó profundizando su ceño aún más—, solo estoy concentrado —el pequeño niño se soltó a reír con más fuerza por verlo y Jungkook solo rodó los ojos con diversión al escucharlo—. ¿Cómo te llamas? —cuestionó una vez que el ojiazul dejó de reír.

—Me llamo Park Jimin —recita de memoria—, pero mi mami y mi papi me dicen Minnie o cachorro pero tú no puedes decirme cachorro —negó rotundamente haciendo que el más alto soltara una risa—. ¿Tú cómo te llamas? —cuestionó con la carita tiñéndose de rojo.

—Jeon Jungkook —los ojos azules se abrieron a su máxima capacidad.

—El señor jefe de mi papá también se llama Jeon —soltó como el dato revelador de la historia—. ¡Tal vez es de tu familia! Mira ven, te llevaré a conocerlo —tomó la mano del chico rizado y comenzó a caminar con prisa pero su pierna pareció doler y aligeró el paso—. Vi una película que se llama Stuart Little, trata sobre un ratoncito y él saluda a su familia diciendo... —detuvo sus pasos y miró directamente a los ojos verdes—, un Little aquí, un Little allá... un Little te saludará —agitaba su mano como en un saludo tierno.

—Pero yo no soy un Little —negó entre risas al escuchar al chiquillo recitar la frase de película.

—Pero eres un Jeon y puedes saludar al señor jefe de mi papá diciendo —comenzó a caminar de nuevo—, un Jeon aquí, un Jeon allá... un Jeon te saludará —Jungkook rió por la absurda idea pero siguió caminando con la mano sujeta a la de Jimin porque después de todo eso era mejor que sentarse en su mesa de nuevo para estar solo—. Señor Jeon... —pudo ver al castañito tironear el saco de su padre con determinación—, mira él se llama Jeon Jungkook, tal vez es de tu familia, ¿lo conoces? —Jungkook miró a su padre incitándolo a seguir el juego y el alfa rió por eso.

—Un Jeon aquí, un Jeon allá, un Jeon te saludará —el ojiverde dijo sin demasiado ánimo pero su padre soltó una enorme carcajada al escucharlo.

—¡¿Si es de tu familia?! —Jimin aplaudió emocionado.

—Es mi papá, Jimin —recuperó la diversión al ver la linda carita emocionada del chico.

—Puedes decirme Jim, suena feo cuando me llamas Jimin —negó con una mueca de asco—, mi mami siempre me llama Jimin cuando me regaña... —la última palabra se fue haciendo más lenta hasta que el menor torció su gesto en preocupación.

—Me agrada ver que hiciste un amigo, Stuart —Hyungwon despeinó los cabellos de su hijo que rió por su chiste-, él es hijo de Hyunbin, mi contador, ¿lo recuerdas? —el muchacho asintió—. Bien, no dejes que se aleje demasiado de la fiesta, cuídalo.

—Por supuesto, papá —el alfa se fue y dejó a los dos niños—. ¿Te sucede algo? —los ojos verdes vieron el rostro preocupado del menor.

—Mi mami va a regañarme mucho, no me gusta que se enoje conmigo —un puchero suave se instaló en su boquita y Jungkook lo imitó instintivamente, dejándose llevar por la ternura que le causó.

—No va a molestarse, ya te lo dije —negó firmemente y tomó la manito de Jimin para comenzar a caminar a paso lento hacia lo que funcionaba como pista de baile—, le explicaremos que te caíste por accidente y ella comprenderá, y si no yo voy a defenderte.

—Tú no entiendes —negó y sus ojitos se aguaron—, nadie te regañaría por dañar tu ropa, es demasiado fea —Jungkook se habría sentido ofendido pero a decir verdad el comentario le causó más gracias que otra cosa por la forma en que lo dijo, tal casualmente y con los ojos inundados, sin pensar en lo que decía.

—Gracias por insultarme, Jim —el menor ladeó el rostro, conteniendo el llanto de una vez por todas y sus ojos se agrandaron con sorpresa al analizar sus palabras.

—Lo siento, no quise decir que luces mal —explicó con rostro sereno—. Luces muy bonito pero tu traje es aburrido, nadie lo extrañaría —de nuevo el mayor dio una risilla y comenzó a caminar de nuevo.

—¿Dónde está tu mamá?

—Por allá —señaló a la mujer de la carriola y ambos se aproximaron a ella con cautela, esperando el momento en que la omega alzara la vista y viera el desastre en el que su hijo se había convertido y así fue, la castaña se puso de pie de inmediato con ojos sorprendidos.

—¡Cachorro! —el pequeñito cerró los ojos, Jungkook piensa que así de derrotado es como luce él cuando sus padres lo regañan—. ¿Qué fue lo que te pasó, mi cielo? —la omega se arrodilló frente a él para escanearlo y acomodar su cabello, veía sus ropas—. Mira tu rodilla, corazón, hay que buscar algo para curarla.

—Jungkook ya la limpió —estiró al rizado de la mano para mostrarlo ante su madre, los ojos verdes se abrieron con nerviosismo, nunca conoce a las madres de sus amigos, él solo se limita a hablar con sus compañeros y divertirse, nada de charlas familiares—, anda, dijiste que me defenderías de ella.

Una parte de Jungkook, una parte que conocía bien, se alertó al escuchar esas palabras, su lobo se removió un poco, tan solo un poco pero era algo bueno después de todo. Claro está, que a los trece años Jungkook no tenía instintos de alfa pero ahora, en la vida adulta si, y ese sueño, esa alucinación de su precioso ángel pidiéndole defenderlo a tan temprana edad hizo que su lobo escuchara a su subconsciente, el alfa estaba ahí escuchando y disfrutando el momento; seguía sin despertar pero Jungkook se sintió un poco menos solo.

Antes de eso, se sentía como un espectador en una sala de cine vacía, estaba viendo la remembranza desde la oscuridad de su alma, desde una butaca rodeada por otras vacías, estaba encerrado ahí viendo alucinaciones dolorosas de su vida, pero no ahora, no porque que sabe que su lobo también está escuchando y eso es bueno, recuerda que su animal interno fue el que lo despertó la primera ocasión, si algo está mal en él eso es su lobo inconsciente, pero ahora sabe que no lo está tanto, está escuchando y puede seguir disfrutando de la función hasta que su lobo decida despertar.

—Fue un accidente —las palabras salieron de su boca y automáticamente se paró a un lado del ojiazul.

—¿Tú tiraste a mi bebé? —la omega frunció el ceño acusadoramente y lo comprende, cualquier madre se molestaría si alguien tira a su hijo a un charco de lodo.

—¡¿Qué?! ¡No! —negó de inmediato y Jimin comenzó a reír, supone que por su reacción asustadiza—. E-Estábamos donde la fotografía y él se cayó por accidente, yo solo lo ayudé —la omega sonrió.

—Te creeré solo porque sé que Minnie no estaría conviviendo contigo si fueras malo —despeinó los cabellos del rizado y continuó—, te agradezco por ayudarlo, entonces.

—Por nada, yo lo ayudaré siempre que me lo pida —sonrió enormemente y sintió un dedito en su mejilla.

—Tienes hoyitos —Jimin parecía muy sorprendido.

—Mhmm —asintió sin retirarse del toque—. Mi mamá dice que son geniales.

—Lo son, te ves menos aburrido cuando sonríes —Jungkook rió por ello y negó divertido.

—¡Jimin! —la madre del chico lo reprimió, Jungkook se dio cuenta de que el nombre del castaño si sonaba mal dicho de aquella forma.

—Es mentira, Jungkook no es aburrido —el pequeño entrelazó su brazo con el de Jeon—. ¿Verdad que sabes que miento? —el rizado asintió convencido con una sonrisa en el rostro—. ¿Puedo ir a jugar con él? —la omega asintió y los dos niños comenzaron a correr hacia ningún lugar particular, primero se perseguían el uno al otro en una especie de juego de los encantados en el que Jungkook siempre se dejaba perder para ver la bonita risa de Jimin una y otra vez. Luego aparentaron bailar entre el montón de personas que danzaban en la pista. El rizado se sentía avergonzado al inicio pero el menor lo seguía incitando así que decidió divertirse junto a él.

La noche había llegado y las 10 de la noche estaba demasiado cerca, el ritmo de sus juegos había bajado, Jungkook se sentía muy cansado pero no podía cerrar los ojos, no quería porque tenía miedo, su mente sabía que al dormir, al cerrar los ojos las posibilidades serían infinitas, podría crear un millón de historias, le ocurriría como esas otras veces. Se estaba obligando a continuar con esa escena porque era lindo, Jimin estaba con él y se sentía feliz. Jimin que estaba recostado en el césped con los dedos apuntando al cielo oscuro.

—Esas de ahí forman una estrella —el castañito soltó una risilla por su propia oración—, las estrellas forman una estrella.

—Esas de ahí parecen un conejo —señaló también y se levantó de la silla en la que se encontraba para tumbarse a un lado del menor.

—Esas de ahí parecen un pastel, yo amo el pastel —fue el turno de Jungkook para reír—, tengo demasiado sueñito —cerró sus ojos y fue entonces que el mayor dejó de reír.

—No, no te duermas —lo agitó un poco para que lo obedeciera—, tus padres van a regañarte por dormir en el césped —no se le ocurrió otra cosa que decir, solo quería evitar que el pequeño se adormeciera, porque si lo hacía lo haría él también, cerraría los ojos y tal vez terminaría su hermosa ilusión.

—Shhh quiero dormir —se giró, quedando de frente a Jungkook, usaba sus dos palmas de la mano juntas bajo la mejilla, como una almohada—, fue genial conocerte, Jungkook... Tal vez podamos jugar otro día —su voz era cansada y sus ojitos estaban cerrados.

—No te duermas, por favor —al mayor se le llenaron los ojitos de lágrimas—, quiero seguir soñando esto, por favor —parpadeó para despejar las gotas saladas de sus orbes pero estaba demasiado agotado, le pesaron y no pudo abrirlos otra vez, el sueño había terminado.

...

—¡Jungkook! —el alfa abrió los ojos al escuchar la voz su padre—. Te dijimos que no salieras de fiesta ayer, esta cena es muy importante, y tú estás durmiéndote en el sofá, cachorro.

—¿Cuál cena? —preguntó con ojos aguados, de nuevo requería un poco de contexto sobre la escena actual, ahora sabe que todo se trata de sueños y más sueños, pero no por eso deja de ser desconcertante, no por eso deja de ser doloroso. Está cansado de todo eso y no sabe cuánto tiempo ha transcurrido, para él se sienten como minutos, solo unas cuantas en las que ha podido ver cada una de las escenas que su mente le muestra, pero no sabe lo que ocurre en realidad, sigue estando tan asustado por lo que puede esperar de esa nueva quimera.

—¡Jungkook, por la Luna! —Hyungwon se veía confundido por la actitud de su hijo—. Los Park vendrán hoy, ¿recuerdas que tú invitaste a Hyunbin? —escuchar eso fue un incentivo para que Jungkook se despabilara de su adormecimiento y se enfocara completamente en su padre—. ¿Recuerdas a Hyunbin, siquiera?

—Por supuesto, trabajo con él, es tu contador —ahora es su amigo y consuegro, son familia pero Jungkook sabe que no gana nada con mencionarlo, ¿será como esas otras veces en que sus alucinaciones no le dejaban tener una vida cercana a Jimin? ¿Podrá verlo o sonreírle? Está a la deriva, se siente abandonado a las expensas de la creatividad de su mente.

—Bueno, también debes recordar que su hija tuvo un accidente hace algún tiempo y ahora requiere varias cirugías que el seguro de empleados no cubrirá —claro que Jungkook sabía eso—. Les ofreceremos una cena como disculpas por ello, Hyunbin es de mis mejores empleados y es lamentable que esto pase.

—No pensamos en las consecuencias de reducir el presupuesto —complementa y se levanta del sofá donde aparentemente había estado durmiendo.

—Exacto, quiero ofrecerles nuestra ayuda.

—Los socios no aceptarán que regresemos al plan de negocios anterior —recordar ese detalle lo hacía sentir culpable, sabe que lo solucionó, que en la vida real y tangible eso quedó en el olvido, pero nada reparará la preocupación de las personas que se vieron afectadas.

—Pero podemos ayudarles nosotros, tú mismo lo propusiste, Kook —le recordó y el menor asintió lento asimilando la situación—. ¿Seguro que estás bien? Estás muy extraño.

—Claro, si —miró a los ojos de su padre que lo miraba con el ceño fruncido—. Debe ser solo que estoy cansado, no lo sé —le restó importancia y el sonido del timbre lo salvó, el dingdong se escuchó por cada rincón y pronto vio a su madre apresurándose hacia ellos.

—¡Están aquí, vengan a saludar! Y por amor a la Luna, Jungkook, ¡arréglate el cabello! —toqueteó su cabello unas cuantas veces, siendo la madre perfeccionista que suele ser, con una sonrisa amable y luciendo demasiado linda, ajustó la corbata de Hyungwon y la pareja de alfas se dirigió a la puerta—. ¡Buenas noches, pasen! —Jungkook no puso atención a la pequeña charla que intercambiaron con los recién llegados pero si prestó atención cuando vio a una niña muy bien conocida llegando hacia él en una silla de ruedas, tras de ella estaban un alfa y una omega que también recuerda a la perfección.

—Él es Jungkook, Hyunbin ya lo conoces, pero ustedes dos no —Hyungwon hizo las presentaciones y Jungkook puso su mejor sonrisa a pesar de que estaba muy extrañado por no ver a cierto chico castaño de ojos hermosos en color azul y sonrisa encantadora. Estrechó sus manos hacia los mayores y agitó su mano hacia la niña que no hizo más que asentir con rostro serio—. Kook, ellas son Sunhwa y Shinhye, la esposa e hija de Hyunbin.

—Un gusto conocerlas —saludó y miró a Hyunbin para cuestionar lo único que tenía en mente—. ¿No tenía también un hijo?

—Oh, si —el alfa Park asintió sonriente—. Si, su nombre es Jimin pero ahora está trabajando.

—No tendría que hacerlo si cierto seguro cubriera mis gastos —Shinhye habló por primera vez y Jungkook rió por lo que dijo, la niña es demasiado sincera, ni en alucinaciones puede imaginarla de manera distinta.

—Shinhye... —Sunhwa la reprimió con mirada severa.

—Trabaja en una cafetería —comentó Hyunbin desviando la atención del comentario de su cachorra aunque la verdad es que no implicó demasiada tensión, el trío de alfas Jeon se mostraba divertido al respecto—, eso es solo los fines de semana, de lunes a viernes tiene prácticas como enfermero en el hospital de la ciudad —Jungkook sonrió involuntariamente, orgulloso por su pequeño amor, recuerda cada día de esfuerzo, lo mucho que lo vio partirse la espalda para ayudar a su familia y aunque eso lo preocupaba y luego afectó su salud, siempre estará orgulloso de él, ese sentimiento atrajo algo de nuevo.

Su lobo agitó la cola, sus ojos permanecían cerrados y las orejas bajas pero estaba ahí, el movimiento fue tan sutil, pero reflejaba alegría, su lobo estaba tomando cada vez más fuerza se estaba recuperando y eso significaba que pronto estaría con su omega, despierto para cuidarlo y protegerlo. Se aferra a la idea de que la vida con su omega si sea real, después de todo, su mente no podría crear tantas cosas a partir de nada, tiene fe en que todo va a estar bien.

—Suena como un gran chico —Jiyoung felicitó a los Park y la pequeña Shinhye asintió.

—Jim es el mejor enfermero del mundo —dijo con la primer sonrisa de la noche.

—Es lamentable que no pudiéramos conocerlo —Hyungwon hizo una mueca de pena.

—Él vendrá en un rato, saldrá en unos minutos pero no quiso que nos demoráramos en buscarlo, tomará un taxi hasta aquí.

—Pero es de noche —Jungkook había gruñido si su lobo no estuviera mal—, es peligroso, algo puede sucederle y... no —negó y dirigió sus ojos molestos, su ceño fruncido y reprobatorio hacia Hyunbin—. ¿Por qué lo dejaría sólo? La puntualidad no importa cuando se trata de Jim —un sonido gutural se formó en su interior, su alfa de nuevo y Jungkook estaría feliz si su omega no corriera peligro, sabe que es un sueño pero no le interesa, su lobo no quiere que su niño corra peligro en ninguna forma posible.

—Normalmente yo lo llevo y lo recojo a todos lados pero esta vez me pidió que lo ignorara, no quería que quedáramos mal con ustedes, porque bueno... son mis jefes —el menor de los Jeon bufó.

—Yo iré por él, si me lo permiten —ladeó la cabeza y miró a la omega y al alfa de los Park—, pueden llamarle, pedirle que me espere y yo lo traeré a salvo.

—¿Haría eso? —Sunhwa ladeó el rostro con sorpresa.

—Eso y mucho más —no se reprimió y tomó las llaves de su auto, saliendo a prisa mientras escuchaba a Hyunbin avisarle a Jimin vía telefónica que Jungkook lo pasaría a recoger. Las incongruencias de su fantasía son cómicas. ¿Por qué alguien confiaría a su hijo con un extraño? ¿Cómo Jungkook iba a dar con la cafetería si no sabía la dirección? ¿Cómo sabría Jimin con quién irse? Le parecía gracioso pero todas esas dudas quedaron en segundo plano cuando por fin llegó al conocido local.

Jimin estaba parado afuera, con su mochila colgando del hombro y un abrigo en su antebrazo, lucía tan lindo como siempre, con el peso de su cuerpo cargado sobre una pierna, Jimin es tan simple como bello, y Jungkook se sentaría a admirarlo por horas y horas sin cansarse, sus ojos podrían salirse de las cuencas por el desgaste pero no le importaría si aún son funcionales para mirar a Jimin y su esplendorosa imagen. El omega permanecía mirando desinteresado al horizonte mientras el auto de Jungkook se detenía a unos metros de él. El rizado se bajó de su auto y cerró la puerta para caminar hacia el chico con una sonrisa tirando de sus labios.

—Hola, buenas noches, ¿tú eres Park Jimin? —preguntó aunque sabía la respuesta.

—Si y supongo que usted es Jeon Jungkook —las mejillas del chico estaban sonrojadas, tan hermosas como la primera vez que las vio de ese tono.

—Así es, a tu órdenes —tendió su mano hacia el menor y al estrecharla pudo sentir la conexión indudable, de nuevo ese sentimiento haciéndose tangible y palpable en cada poro de su piel, alterando cada uno de sus sentidos y haciendo que sus corazones se aceleren como solo lo hacen al estar frente a su alma gemela. Si algo le agrada a Jungkook de todos estos sueños o pesadillas, si algo lo hace feliz dentro de toda esa oscuridad que ha estado enfrentando, eso es saber que en cada una de sus quimeras sigue encontrándose con Jimin, sea cerca o lejos, al tocarlo sigue sintiendo esa conexión, al verlo sigue teniendo esa alegría inexplicable, en cada uno de sus sueños sigue buscando a Jimin porque sabe que lo necesita para estar bien, más allá de hacerle bien a su salud, Jimin lo reconforta y lo hace muy feliz, Jungkook sabe que lo buscaría una y mil veces si fuera necesario.

—Un gusto conocerlo.

—Puedes tutearme —ladeó el rostro con una sonrisa cálida, su mano aún no soltaba la del ojiazul y no pensaba hacerlo hasta que él se lo pidiera, no quería alejarse del toque porque era tan satisfactorio. Su lobo estaba recuperando fuerzas, sus sueños ya no lucían tan malos; ahora todo se está acomodando; espera por fin poder despertar a su realidad.

—Oh, de acuerdo —sonrió cómplice y asintió hacia él—, gracias por venir a buscarme, me salvaste la vida.

—No más de lo que tú salvaste la mía —se atrevió a responderle y le mostró los hoyuelos de sus mejillas en una sonrisa—. ¿Nos vamos ya? —el ojiazul asintió sonriente y comenzó a caminar hacia el vehículo BMW X5, Jungkook le impidió el paso—. Yo llevo tus cosas, aquí —le quitó la mochila y el abrigo para cargarlos él mismo.

—La distancia es muy corta, pude cargarlo yo —dijo con diversión.

—Sin duda alguna, sin embargo quiero hacerlo —le abrió la puerta de copiloto y se aseguró de que tuviera el cinturón abrochado, para luego poner las cosas en el asiento trasero—. Estoy para servirte siempre, ya lo dije —aseguró una vez que estuvo en el asiento de conductor y comenzó con el camino—. ¿Cómo estuvo el trabajo?

—Excelente, muy buenas propinas —asintió-, casi me hago millonario —le brindó a Jungkook una risa sutil que le calentó el alma—. Una señora me dio ₩5000 —relató emocionado, sus ojos brillaban y Jungkook sentía su mirada sobre él en una charla bastante amena—. Se los iba a regresar porque es demasiado pero ella dijo que estaba bien —se encogió de hombros—, me encanta el trabajo... Aunque es muy agotador, me matan los pies.

—Lamento eso... —tamborileó el volante con sus dedos en un gesto nervioso-, no tendrías que esforzarte tanto si la empresa no hubiera reducido el presupuesto.

—Olvidaba que eres esa persona —el tono del castaño pareció amargarse un poco—, pero descuida, mi padre ya me explicó que se trata de cuestiones legales y que son estrategias que muchas empresas utilizan.

—Yo no quisiera que tú tuvieras una mala impresión de mí o mi familia —su voz era apenada—. Estamos muy apenados por las cosas que ustedes han tenido que pasar y... —suspiró—, si esto fuera real, si pudiera retroceder el tiempo nunca habría propuesto nada como eso, lo prometo.

—No tienes que pedir disculpas, todo está olvidado —la sonrisa tranquila del omega lo iluminó cuando pasaron a través de un túnel.

—Me alegra escuchar eso, no podría estar tan tranquilo si me odiaras —Jimin rió mientras agitaba su cabeza en una negación—, mi conciencia no estaría tranquilo si el omega más bonito del mundo, me guardara algún rencor —las mejillas del menor se tiñeron y el ojiverde disfrutó aquello.

—No sabía que mi padre iba por ahí diciéndole a todos que soy un omega... Porque tú no podrías saberlo, eres un beta —Jungkook cree que su cara desconcertaba fue lo suficientemente buena para que el omega explicara su oración, lo cual agradece mucho porque él no se había percatado de ese detalle.

—En realidad soy un alfa pero uso supresores...

—Oh... —el tono de sus pómulos se intensificó—, eso es interesante —sonrió tímidamente y Jungkook se distrajo mirándolo a él y su hermosa boca curveándose hacia arriba, los ojitos encogidos, el alfa estaba demasiado embelesado para darse cuenta de que la escena se estaba repitiendo; un auto se dirigía de frente contra ellos y Jungkook no tuvo el suficiente tiempo para esquivarlo. El auto se volcó y a él solo le importaba el bienestar de Jimin, esta era como una de sus pesadillas, su peor temor se cumplía frente a sus ojos... Había tenido un accidente con Jimin en el auto, puso en peligro su mundo.

El impacto final, cuando se estrellaron contra un árbol, fue muy fuerte, su cabeza daba vueltas pero su mirada solo buscaba el costado para asegurarse de que se acompañante estaba bien aunque sabía que no estaba así, su interior dolía más allá de las costillas, su omega estaba sufriendo y él lo sentía. Su alfa, el interior, levantó la cabeza en alerta, no en la quimera sino en su pecho, era real su alfa estaba despierto y preocupado.

Jimin estaba sufriendo pero no podía llegar a él, la imagen de su omega inconsciente, herido y sangrante en el asiento de copiloto se hacía más y más lejana en su mente, todo estaba oscureciéndose de nuevo y Jungkook no iba a perdonarse por no poder ayudar a su niño en ese momento, toda la escena se sentía real al igual que su culpa.

La oscuridad volvió pero ahora no estaba solo, su alfa aullaba con preocupación porque el dolor no se había ido, Jimin lo necesitaba, seguía sufriendo de una manera desgarradora, lo sentía, por primera vez en un tiempo desconocido Jungkook sentía lo que Jimin, su lobo correteaba desesperado por ayudar, necesitaba aliviarlo de su pesar porque era abrumador y terrible.

—Shhh, yo te cuido —fue lo primero que pudo decir, esta vez se siente diferente pero probablemente no lo sea, es otra de esas fantasías de su mente. Probablemente esta sea peor porque él de verdad quiere ayudar a su omega, no solo en sueños, quiere ayudarlo en la realidad.

Aunque al percibir el nuevo ambiente no se siente tan mal, sigue doliendo. Es como si en cada una de sus ensoñaciones estuviera más y más cerca de Jimin, como ahora que lo tiene abrazado, su brazo ceñido en la cintura del omega y su nariz enterrada en su cuello disfrutando del reconocible café con vainilla y formando círculos tranquilizantes que erizan la piel calentita del ojiazul que se alejó de él. La habitación está oscura y los ojos verdes permanecen cerrados pero aún así frunce el ceño y se remueve porque no quiere apartarse de él ahora que lo puede imaginar así de cerca.

—¡Oh, por la Luna! —eso fue la melodiosa voz en un susurro—. Ricitos, despierta —habló más fuerte—, por favor, despierta.

—Shh, estoy aquí —habló el mayor con voz adormilada, removiéndose en la camilla sin mucha intención de levantarse, lo quiere de vuelta para cuidarlo y aliviarlo, seguía sintiéndolo triste y preocupado, no le gusta pensarlo así, su alfa está volviéndose loco en su pecho—. Vuelve aquí, angelito —palmeó el lugar a su lado sin preocupación y comenzó a escuchar un pillido insistente a su costado.

—Abre los ojos, ricitos, ábrelos —Jungkook obedeció y miró al precioso ser que lo miraba con sorpresa y ojitos llorosos—. ¡Por la Luna, estás despierto! —el ojiverde no entendió de qué iba este nuevo momento.

—¿Qué suce...? —parpadeó un poco para acostumbrarse a la semi oscuridad de la habitación y para que todo llegara a su mente, estaba en el hospital, recostado en una habitación con cables conectados y el omega. ¿Esta vez sí es su omega? Mirándole con ojos enormes—. ¿Omega? —cuestiona pero no obtiene una respuesta directa, eso lo preocupó.

—¡Taehyung! —gritó el menor mientras seguía presionando el botón de llamado—. Ahora vengo —salió corriendo disparado de la habitación dejando a un alfa muy confundido, con ojos muy abiertos y desconcertados, preguntándose si esta vez... Si ese despertar si había sido el definitivo.

Su lobo se alteró ante la idea de que de nuevo todo fuera una historia ficticia creada por el coma, no lo puede explicar, no podría decir cómo es que todo se siente tan vivido, esa vez se sentía irreal. No recuerda cómo fue que llegó ahí; está en el hospital pero su mano y su pecho están bien, no es como ese primer sueño.

Su mente no hace más que concluir que todo es un sueño de un paciente comatoso que nunca tuvo un omega, no sabe a qué aferrarse para pensar lo contrario, pasar mucho tiempo imaginando cosas no le ayuda, una y otra vez repitiendo escenas donde Jimin no era su omega no le permite creer que ese momento sea no uno más de esos falsos momentos, no sabe que es verdad y que es mentira.

Pronto enfermeros y doctores comenzaron a llegar, vio a Taehyung y le gusta pensar que no es una obra de su mente como esas otras veces, que realmente todo eso está pasando, trata de recordar algo, algo que lo ayude a saber porqué está ahí y todos están tan preocupados al respecto, sus ojos escaneaban todo mientras Taehyung lo revisaba a él, le ponía una linterna en frente y le pedía seguirla con los ojos, le conectaron nuevos aparatos y todo era tan abrumador hasta que miró a la esquina del lugar.

Ahí estaba, tan precioso como siempre con los brazos cruzados y los ojos asustados mirándolo de vuelta, Jimin no era una alucinación, Jimin era real, debía ser real y suyo, tenía que serlo porque Jungkook prefería volver al coma, prefiere volver a la oscuridad para no tener que lidiar con la idea de que Jimin no es su omega otra vez.

—¿Qué fecha es hoy? —cuestionó a uno de los enfermeros que le miró con lástima—. ¿Qué fecha es hoy? —insistió a otra persona que solo caminó al otro lado de la cama y comenzó a hojear unos papeles—. Dime qué fecha es hoy —exigió con su voz alfa y pronto todos agacharon la cabeza y se alejaron de la camilla en sumisión al alfa puro, solo Jimin lo miraba con los ojitos empañados por las lágrimas.

—Es 26 de marzo —dijo el castaño acercándose a la cama a paso apresurado y todo cuadro en su mente, no sabe cuándo pasó tanto tiempo pero eso sonaba como una fecha real y coherente.

—Dime que es verdad, ángel —pidió con los ojos verdes llenándose también—, por favor dime que eres mi omega y que esto no es un sueño —Jimin se confundió un poco pero sonrió nostálgico, acunando el rostro del mayor entre sus manos, tocándolo y observándolo como no lo había podido hacer en mucho tiempo—. Dime que nos pertenecemos porque si no es así voy a morir —a Jimin le importaron muy poco las reglas del hospital y se lanzó al alfa en un abrazo.

—Kook, tranquilo —Jungkook lo apretó con fuerza por la cintura, demasiado aterrado de despertar de nuevo en otra de esas alucinaciones.

—Por favor, bebé —lloraba con fuerza—, dímelo, di que eres mi omega, dime que todo pasó, que estamos juntos, que tenemos un hogar y que somos felices —tenía el rostro oculto en el cuello del omega, aspirando la vainilla con desesperación-, dime que estoy despierto.

—Lo estás, lobito —con solo escuchar ese apodo Jungkook se sintió en el cielo—, eres el mejor alfa del mundo y eres mío —se separó un poco para acunar su rostro otra vez y mirarlo a los ojos, ambos llorando a mares—. E-Estamos juntos, en-enlazados, tenemos una casa y somos una familia, tenemos una preciosa mascota y somos muy felices —dejó muchos y repetidos besos en el rostro del alfa—, y te detesto por dormir tanto tiempo pero eso nunca quitará lo mucho que te amo y lo feliz que estoy de que despertaste.

—¿Lo prometes? ¿De verdad estoy despierto?

—Lo estás, alfa —unió sus labios en un beso casto que no pudo continuar por mucho tiempo porque el omega había comenzado a sollozar—. T-Te extrañé tanto.

—Lo siento tanto, mi amor, lamento haberte hecho sufrir así —lo atrajo a un abrazo más fuerte, ajustado y reconfortante en un juramento silencioso de que todo estaría bien ahora, besó su frente sintiendo a su lobo tranquilo de nuevo, el alfa sintió al omega mucho mejor, al estar juntos todo estaba mejor.

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